Antes de que llegaran las telecabinas de alta velocidad desmontables con rotación 360˚, los esquiadores usaban pieles de esquí para apañárselas con la nieve profunda y llegar a la cima de la montaña. Al principio, estas se confeccionaban con piel de foca, pero las últimas versiones están hechas de pelo de cabra de Angora, pelo sintético o una combinación de ambos. Pero, ¿cómo funcionan exactamente? En este artículo te explicamos los aspectos básicos, cómo usarlas y algunos cuidados para mantenerlas en buen estado.
Cómo funcionan las pieles para esquís
Primero, veamos algunos aspectos fundamentales. Las pieles para esquís son una tira de tejido que se corta para encajar con la longitud y la anchura de un esquí. Uno de los dos lados incluye un pegamento especial que se pega a la base del esquí, mientras que el lado de la piel cuenta con pelos cortos dispuestos de forma angular. Cuando se presiona el esquí, los pelos permiten “agarrar” la nieve para evitar deslizarse hacia atrás. Y cuando se elimina la presión y el esquí avanza, la piel se desliza sobre la nieve fácilmente.
Aunque hay pieles sin pegamento, no son tan populares, por lo que aquí solo hablaremos de las que sí lo incluyen.
Pieles para esquís de hombre | Pieles para esquís de mujer
Preparar tus esquís
Si vas a apostar por estas pieles, independientemente de la clase de pista en la que estés, lo primero y más importante es asegurarte de que tus esquís estén protegidos para que no acaben deslizándose montaña abajo por accidente. Es decir, asegúrate de que tus fijaciones están en “modo esquí” y con el freno hacia abajo. Una vez que pegues las pieles y estés listo para meter el pie en las fijaciones, cambia al “modo caminar” con los frenos hacia arriba.
Si tus esquís no tienen frenos, clava el esquí en la nieve por la parte de la cola y comprueba que esté bien encajado y que no va a salir disparado. Si no hay nieve suficiente (o si está muy dura) como para clavar los esquís, ata a la mochila el que no estés usando para asegurarlo mientras le pones la piel al otro.
Después, asegúrate de que la base de los esquís está limpia y seca. La suciedad, las agujas de pino, el hielo, la nieve, el agua o la mugre que se hayan quedado en la parte inferior de los esquís acabarán en las pieles y provocarán que no se peguen como es debido. Si sabes que las vas a usar desde primera hora, lo ideal es pegarlas en casa antes de salir.
Esquís de touring para mujer | Esquís de touring para hombre
Quitar las pieles adhesivas
Las pieles pueden ser difíciles de quitar según el pegamento que se use o lo antiguas que sean. Si es el caso, prueba a sujetar la piel con un clip en la parte superior del esquí y tira hacia abajo con ambas manos. Puede resultar difícil al principio, pero, a medida que avances, ganarás ventaja y será cada vez más fácil.
Pegar pieles a los esquís
Una vez que hayas quitado la piel, sujétala con un clip en la parte superior del esquí y, desde arriba, llévala hacia abajo con suavidad a medida que la vas guiando hacia el centro de la base del esquí. Asegúrate de que no hay arrugas mientras avanzas hacia la parte inferior. Si aparece alguna o la piel no está centrada, vuelve a levantarla hasta el punto donde empezó a torcerse y empieza de nuevo, apretando suavemente y alineando la piel entre los bordes a medida que avanzas.
Cuando llegues al final, pon el clip en la cola para asegurarte de que quede bien ceñida y que no se despegue cuando estés dándole uso en la montaña.
Qué hacer si las pieles del esquí no se pegan
Una vez que empieces a esquiar con pieles, si una de ellas empieza a soltarse, aísla la parte que no pega y trata de identificar cuál es el problema. Si hay hielo, nieve u otro tipo de suciedad entre la piel y el esquí, quítate el esquí y trata de limpiarlo lo mejor que puedas con la mano. Si llevas un rascador en la mochila, prueba a usarlo.
En caso de que no funcione, quita la piel, clava el esquí en la nieve con firmeza y sierra la piel de un borde a otro para eliminar el hielo, la nieve o lo que se interponga.
¿Sigues sin poder solucionarlo? Si la piel no llega a pegarse del todo, es el momento de ponerse en modo MacGyver y asegurar la piel al esquí con las tiras extra que lleves en la mochila. Rodea la piel con una de ellas por la parte de la cola y haz lo mismo con otra detrás del talón de tu fijación. Con esto te bastará para volver a la civilización.
Vaya, ¿no llevabas tiras de esquí de repuesto? ¿Tampoco cinta de embalar? Consulta nuestro artículo para saber qué debes llevar para pasar el día practicando esquí o snowboard de backcountry.
Doblar tus pieles para esquís
Hay formas muy diferentes de doblar tus pieles y, en este artículo, hablaremos sobre cómo doblarlas en cuartos. Quita el clip de la cola y dobla la piel por la mitad, para que la parte de la cola coincida con la parte superior de esta. En el lado del pegamento, sostén la piel por la mitad y dobla la cola hasta la parte inferior. En este punto, la mitad inferior de la piel debería estar doblada en un cuarto y pegada, con los dos lados del pegamento enfrentados. Quita la parte superior de la piel de tu esquí y dóblala sobre sí misma, también con los dos lados del pegamento enfrentados, hasta doblarla en cuatro cuartos. Tómate tu tiempo y hazlo lo mejor que puedas, pero no te estreses si la piel no está doblada a la perfección.
Cuando hayas quitado la piel del esquí, pon la fijación en “modo esquí” y mete el pie, porque si la fijación está en “modo caminar” con el freno hacia arriba y no hay piel debajo, existe la posibilidad de que el esquí suelto acabe deslizándose montaña abajo y lo pierdas.
Si tienes pensado hacer una pausa y no quieres ponerte los esquís inmediatamente, en cuanto le quites la piel, asegúrate de poner la fijación en “modo esquí” para que el freno esté hacia abajo. Si no tienes frenos, clava el esquí en la nieve o, si no es posible, átalo con tiras a tu mochila hasta que puedas adjuntarlo a tus fijaciones.
Si tienes savers para las pieles (una malla de plástico que se inserta entre estas al doblarlas para pegarlas por el lado del pegamento), úsalos. Pero, si hace viento, los savers de las pieles pueden dificultar mucho el proceso, y quizás sea más recomendable dejarlos en tu mochila y ponerlos en casa una vez que hayas secado las pieles. No pasa nada si pegas las pieles por la parte del pegamento sin un saver, ya que no sufrirán ningún daño; eso sí, no será tan fácil quitarlas.
Si tienes una bolsa para guardar las pieles, pégalas por dentro antes de meterlas en tu mochila y así las mantendrás limpias.
Esquís de touring para mujer | Esquís de touring para hombre
Mantener la calidez de tus pieles de esquí
Si tienes pensado usar las pieles de nuevo después de esquiar, por ejemplo, si la nieve estuviera tan bien que te apetezca dar una última vuelta. Para mantener la calidez, guárdalas dentro de la chaqueta, así se pegarán mejor. Solo tienes que ajustar bien la tira de la cintura de la mochila para que no se caigan de la parte inferior de la chaqueta.
Secar las pieles del esquí
Cuando llegues a casa, saca las pieles de la mochila para que se sequen en un lugar limpio y seco donde no haya pelos de mascota, polvo, pelusas de alfombra, agujas de pino ni nada que no quieras que se les pegue. Lo mejor es no ponerlas cerca de una fuente de calor, pero si no tienes más remedio, vigílalas y quítalas en cuanto se sequen.
Una vez que estén completamente secas, puedes dedicar algo de tiempo a doblarlas bien, ponerles el saver y volver a meterlas en su bolsa para que estén preparadas para tu próxima aventura.
Pieles para esquís de hombre | Pieles para esquís de mujer
Practicar, practicar y practicar
Ahora que conoces los aspectos básicos, llega el momento de salir ahí fuera y aprender en primera persona a usar las pieles. Como ocurre con cualquier otra cosa, cuanto más las uses, más fácil te resultará todo este proceso. Y, antes de que te des cuenta, irás tan rápido que conseguirás ganar más altitud en un solo día que en esas telecabinas de alta velocidad desmontables con rotación 360º que creías que eran tan rápidas.
Haz clic aquí para obtener más consejos sobre el esquí de touring.
